24/6/07

Y yo con estos pelos...


El otro día fui a cortarme el pelo a una peluquería de esas de franquicia. No diré el nombre porque no quiero perjudicar a la marca. Total, que entro en Cebado y rápidamente me hacen pasar a la zona de lavado.
Por cierto, me gustaría saber quién inventó esos sillones para lavar cabezas. Estoy seguro de que fue el mismo que inventó la guillotina, porque anda que no es incómodo eso ni nada. Te pongas como te pongas, nunca llegas a poner la cabeza cómoda. Ya puedes es-ti-rar-te, ya puedes es-ti-rar el cuello y su-bir la barbilla, que aquel hierro se te clava en la nuca (no quiero ni pensar como las debe pasar la gente sin cuello – esta vez no nombraré a Fernando Alonso para que no parezca que tengo nada personal contra él).
Bueno, pues en esas te llega el primer chorrotazo de agua y la pregunta: “¿Está bien el agua?”, que no sé para que lo preguntan, porque siempre decimos que sí, y porque dentro de dos segundos ya baja fría.

Terminada la fase de lavado, la chica me secó el pelo y adelantándose me dijo que la siguiera. Total que se adelantó tan deprisa, que yo que llevaba las gafas en el bolsillo la confundí y me puse a seguir a una señora gorda de Zuera que se iba a hacer unas mechas. Afortunadamente volvió la peluquera y cogiéndome del brazo me llevó a mi silla. Me enfundó la túnica esa negra que ponen con una tira blanca para el cuello y me dejó una revista de coches, que digo yo que ya que te disfrazan de cura, por lo menos te podían dejar la biblia, ya para hacer juego.

El corte fue de lo más entretenido. Aquella peluquera intentó venderme unos diecisiete productos distintos en los quince minutos que estuvo cortándome el pelo. Se ha perdido romanticismo. Recuerdo que antes las peluqueras te hablaban de vacaciones, de que se iban de boda, de posturas sexuales (bueno esto último es más fantasía que recuerdo). Ahora no, ahora cada cosa que digas la usan para venderte algo. Si dices que usas anticaspa, ellos tienen el mejor, si dices que te vas a la playa, te endosan un acondicionador. Estuve por ponerla a prueba y decirle que me picaba el huevo izquierdo, que por cierto era verdad, pero esa tía era capaz de venderme unos calzoncillos de estropajo, así que no dije nada.

Por fin terminó el corte y me llevó de vuelta a las maquinas-de-tortura-de lavado. Pero esta vez con una variante. Me ofreció “El sillón HIATSHU”, que por dos euros más te hace un masaje en el cuerpo mientras la peluquera te masajea la cabeza.
Miré a la señora de Zuera que en esos momentos estaba en el otro sillón hiatshu y se me quitaron las ganas: la señora, estaba allí acojonada, se agarraba con las uñas al reposabrazos y apretaba los dientes mientras aquel sillón removía a duras penas los cien kilos de señora que tenía encima. La pobre daba una sensación de cama de agua. Parecía como si el jefe de los michelines le hubiera dicho al resto:"bueno chicos, ir donde queráis y a la una y cuarto quedamos en el mismo sitio".
Como sería la cosa que una niña que estaba esperando le tiró una pelota a la cara, y cuando su madre le regañó, la niña le dijo: "jo máma, es que “las del zoo” las aguantan con la nariz…"

Total, que me olvidé del lavado de “primera clase” y cogí el de “turista”. La vendedora, perdón la peluquera mientras me aclaraba el pelo tuvo tiempo de intentar venderme un champú de huevo ("igual se ha dao cuenta de que me picaba", pensé yo) y un acondicionador refrescante.

Total que al final, cuando estaba pagando, yo ya estaba tan mosqueado con que me intentaran vender de todo, que cuando la de caja, con su mejor sonrisa, mientras me devolvía el cambio, me dijo:

- ¿Qué calor hace estos días verdad?

Yo ya no pude más y le dije:

- Ya tengo ventilador, gracias…

9 comentarios:

Anónimo dijo...

Jajajajajaja, que pecha a reir....

Di que si, esto de ir a la pelu muchas veces es una experiencia paranormal... si les dices lo que quieres mal y si les dejas actuar... eso puede ser peor (ufffff, los pelos "mese" ponen como escarpias de pensar en la última vez...)

Espero que nos sigas alegrando la vida con tus relatos

Browner dijo...

jeje, si, lo de las peluquerías es caso aparte, la verdad.
Claro que no sé de qué nos extrañamos, al fin y al cabo es el único sitio que te cobran por "tomarte el pelo"... y encima al mes siguiente vuelves!!!

Anónimo dijo...

A mi se me ocurren otros sitios donde también te cobran por tomarte el pelo... sólo que te das cuenta muchiiiiiiiiiiiisimo mas tarde.

Además, yo pago encantada por que me tomen el pelo... p'aque vamos a decir una cosa por otra, jejeje

Browner dijo...

¿Otros sitios donde te cobran por tomarte el pelo? noooo. no hay muchos, bueno, si quitas el dentista... y también los talleres... y los pubs de garrafón... ...y los parkings... y el adsl... y...

Musa Sosa dijo...

Es buenísimo!!!!! Qué jartá de reir.

Oye, a la próxima vez que vayas a la pelu avisa, que voy contigo.

Lo de los lavacabezas es incomprensible; tan difícil debe ser hacer uno ergonómico? Con lo que se lleva ahora el palabro?

Browner dijo...

vale empanadilla, ya te aviso la próxima vez que vaya a la peluquería.. aunque la semana que viene tengo que llevar el coche al taller y te aseguro que eso tampoco tiene desperdicio...

Anónimo dijo...

Como siempre mu bueno.

Tambien otro dia puedes hablar de la palabrita de control para añadir comentarios.

Anónimo dijo...

Que razón tienes!
Cuando te preguntan si el agua está bien de temperatura donde se suponen q tienen ellas las manos?
Me he reido mucho.

Browner dijo...

ya te digo animons, lo preguntan porque saben que siempre dices que está bien...