15/3/07

En el restaurante (hecho real)


No es coña, lo que os cuento me pasó hace quince días. No me gusta comer solo en un restaurante pero a veces toca. Casi siempre voy al mismo. El trato de las camareras es muy curioso. Hay días en que te tratan de tú y te cuentan su vida y otros que te tratan de usted. Y a veces entre plato y plato pasan de tú a usted y al revés. En fin, curioso.

En la mesa de al lado había un matrimonio de unos taitantos con una pareja de niños, la cría debía tener unos 7 años y el niño 5. El chavalín estaba en una lucha constante con la madre, que intentaba gastando mucha paciencia que el niño se comiera los macarrones. El crío lloraba, pataleaba, tiraba los cubiertos, en fin todas esas cosas que hacen los críos que hacen que te sientas feliz y realizado de no ser padre.
La niña en cambio se lo comía todo (pederasta: si has llegado a este blog tecleando la frase anterior, cambia de página porqué no es lo que piensas), y trataba de hacer la pelota a sus padres diciéndole a su hermanito como tenía que comer.
Entre plato y plato los niños jugaban al veo veo.

-Veo veo… dijo la hija perfecta
- Que ves? Dijo el escupe-macarrones
-Una cosita que empieza por la “G”!

No hubiera prestado más atención de no ser por que los dos bichos se me estaban mirando fijamente. Esta claro que yo era la G. Empecé a pensar.. G… G….. Pensé que como la palabra fuera “GILIPOLLAS” me iba a por la cría y le chafaba el huevo kinder que tenía en la mesa..

- Me rindo! - dijo el niño.
- Mas te vale! (pensé yo)
- GAFAS!!!! Dijo ella señalándomelas para que al esmirriado de su hermanito no tuviera dudas.
- Menos mal pensé yo, podía haber sido Gafotas…
- Lorena ya está bien! Dijo su madre, mientras yo ponía una media sonrisa que ella interpretó como “no pasa nada, son cosas de críos”, pero que si me hubiera leído el pensamiento hubiera sido: “te jodes que yo ya no los veré más, pero tu los tienes que aguantar toda la vida”….

Después del jueguecito y de descubrir que el mouse de chocolate se inventó solo para que sirviera de chantaje a los críos para que se coman los putos macarrones, me levanté y fui a pagar.
Pagué con tarjeta, así que me trataron de usted…

2 comentarios:

Musa Sosa dijo...

Ese pensamiento de "yo no los tengo que aguantar más" es muy recurrente jaja. Para mi todavía más fuerte en las escenas padres - hijo adolescente. No hay ningún adolescente normal!y esa forma de mirar a sus padres con una cara de "hoy no te doy dos ostias porque passso de ti" que me dan ganas de dárselas yo; lo que no sé si al hijo por impresentable o al padre por panoli...

Browner dijo...

Pues si, y lo peor es que el padre panoli encima le dará 100 euros para que se compre las zapatillas de marca que todo niño pasota tiene que llevar..